El Anthurium (o anturio, como a menudo se llama) es originario de las zonas tropicales de Sudamérica.

La disposición ideal es la penumbra luminosa, nunca en plena luz o al sol.

Durante el verano el anthurium vegeta muy bien a temperaturas de 23-25°C, circundado por un entorno húmedo, mientras en invierno las temperaturas no tienen que bajar de los 15°C. Atención a los rebotes de temperatura que no son muy agradecidos.
La humedad del aire que sea alta. Para conseguir esto puedes pulverizar con agua, que no esté fría, sino tibia (podría amarillear las hojas) y que sea blanda, con poca cal.

Evita siempre que el aire a su alrededor se reseque debido a la calefacción o a las corrientes de aire, ya que no florecería o podría incluso morir.

En Verano riega unas 3 veces a la semana pero en invierno reduce a 1 vez por semana. Es casi mas importante la humedad del aire que el riego.
Abona 1 vez cada 15 días con un fertilizante líquido durante primavera y verano (mejor que sea uno indicado para plantas de flor).

Trasplanta a una maceta un poco mayor cada 2 años, en primavera. No es un planta que crezca mucho por eso no hay que trasplantar todos los años. Siempre que las raíces de una planta sobresalen por la superficie del tiesto o por el agujero de drenaje, urge un cambio de maceta.

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Las hojas deben limpiarse periódicamente del polvo, ya que entorpece la captación de luz y el intercambio gaseoso, con un trapo blando mojado en agua.
¿Hojas con aspecto áspero y seco? Pulveriza con agua tibia y riega.

¿No florece o las hojas se vuelven marrones? Puede ser porque el aire a su alrededor sea muy seco. Pulveriza con agua o pon la maceta sobre un recipiente con guijarros y agua para aumentar la humedad a su alrededor.

¿Hojas que se ponen amarillas? Llévala a un sitio más cálido, puede ser que haya cogido frío -sobre todo en invierno-. Hasta que se reponga, deja de regar.

¿Se le caen las hojas? Puede ser por corrientes de aire; si es así, quítala de ese lugar.